En algunos países —especialmente en los anglosajones— no se estila lo de incluir una foto en nuestro currículum, pero en el nuestro se ha convertido casi en algo imprescindible. No digamos ya en las redes sociales profesionales, como LinkedIn, donde si no incluyes una imagen tuya parece que quieres esconder algo.
Por eso es sumamente importante cuidar mucho la fotografía con la que nos presentamos ante nuestro posible empleador; aunque el currículum debe ser lo más importante, no podemos evitar que las imágenes nos condicionen y una mala foto puede hacer que no consigamos el puesto de trabajo que deseamos.
Así que olvídate del fotomatón y toma nota. Esto es lo que debes saber para conseguir una buena foto para tu currículum o para tu perfil de LinkedIn.
- Cuando alguien vea tu imagen, debe imaginarte en tu entorno profesional. Olvida las fotos de la boda de tu mejor amigo —o peor, las de tu propia boda—. No uses una imagen vestido de gala si en tu sector no se utilizan el traje ni la corbata. Piensa en cómo sueles ir a trabajar y utiliza el mismo tipo de vestuario; eso sí, procura usar tonos suaves, no utilices prendas de ropa que destaquen demasiado y distraigan.
- Usa un fondo neutro. A no ser que tenga alguna relación con tu profesión —por ejemplo, si eres biólogo marino— olvídate de las fotos en la playa o similar. Lo mejor es que detrás tengas una pared blanca, gris o beige.
- Ensaya ante el espejo el gesto de la fotografía; no debe ser muy serio ni estar riéndote a carcajadas. Un gesto afable y que denote confianza es lo ideal.
- Salvo que seas un experto en lo de los selfies, estos no suelen salir bien. Mejor pídele a un amigo con buena mano para la fotografía que te ayude. Y si vas a un fotógrafo profesional, mejor aún (pero claro, esto ya requiere una inversión).
- Evita elementos que distraigan. Si te sacas una foto en tu despacho, cuida toda la escenografía que te rodea: todo debe estar ordenado, sin que haya nada que pueda hacer pensar «cuánto desorden» o «qué es eso que tiene ahí».
- Mejor luz natural que flash. Este no suele ser muy favorecedor.
- Repite las veces que haga falta hasta que obtengas una foto que te satisfaga. Desecha las borrosas o en las que tengas gestos raros, en los que no te reconozcas.
Cuando tengas la fotografía, pregunta a varias personas qué les parece; estate abierto a las críticas constructivas y vuelve a repetir al sesión de fotos si es necesario. ¡Recuerda que lo que está en juego es tu futuro profesional!