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EMPLEABILIDAD: ¿Tienes potencial?

En los últimos tiempos se habla mucho de empleabilidad. Sabemos que la empleabilidad es el potencial que tiene un individuo de ser solicitado por una empresa para trabajar en ella.

Imagina que tienes una empresa y necesitas personal. Más allá de la formación y experiencia que puedas requerir para el puesto ¿Cómo sería tu candidato idóneo? Muchos de estos requisitos dependen del puesto a cubrir pero hay otros muchos comunes  deseables en todos los candidatos.

En otros post hemos tratado aspectos muy interesantes como la formación o la experiencia. Hoy veremos otras “caras” que ha de tener un buen candidato.

Veamos algunas de ellas:

  • Capacidad de aprendizaje: No se trata únicamente de saber aprender sino de querer aprender y hacer lo necesario para que suceda. Pensar y decir que ya lo sabemos todo en un determinado puesto es admitir todo lo contrario.
  • Flexibilidad y funcionalidad: Ya sabes, flexible como un junco. Se trata de adaptarse a las diferentes funciones y necesidades del puesto y de la empresa procurando ser fiel (si así lo quieres) a tus principios.
  • Implicación: Ser una persona implicada significa ilusionarse y trabajar porque se generen buenos resultados. Obvio, ¿verdad? Pues según manifiestan empleadores, es un bien escaso.
  • Competencias emocionales, o lo que lo mismo, capacidad de comprender al compañero, de contribuir al buen ambiente laboral, etc.  En el mundo laboral actual se valora la fuerza de trabajo emocionalmente competente.
  • Actitud: La predisposición hacia algún trabajo es importante. Mirar positivamente las tareas que hay que realizar en un puesto de trabajo (aun cuando sean verdaderos “marrones”) genera buen ambiente laboral y más posibilidades de éxito en los resultados. Ser positivo no significa necesariamente vivir “en los mundos de Yupi” sino centrarse en la solución y no en la queja.

No te lo vas a creer pero hay  muchos puestos que cuesta cubrir porque hay candidatos aptos en cuanto a formación y/o experiencia que manifiestan una actitud poco alentadora hacia el puesto. Tú, ¿qué harías?

Estos requisitos son los que marcan la diferencia; saber hacer un buen trabajo es fundamental y para ello nos formamos y adquirimos experiencia.  “Saber ser y estar” en un trabajo es otro aspecto que te puede diferenciar con respecto a la competencia. Estas cualidades también han de hacerse constar debidamente en un currículum y en una entrevista de trabajo.

Probablemente, estos sean los requisitos más difíciles de desarrollar y mejorar para un candidato ya que exigen mucho esfuerzo y trabajo personal. En los últimos años, empresas de diferentes tamaños y sectores están realizando importante inversiones en fomentar aspectos como la motivación, actitud, creatividad o las competencias personales y emocionales de sus empleados porque saben que, de no hacerlo, sus cuentas de resultados se ven seriamente afectadas.

Aquí está el filón de la empleabilidad.