Existen infinidad de artículos y vídeos que nos enseñan a prepararnos para las entrevistas de trabajo cara a cara; pero, pese a ser muy frecuentes, hay mucha menos información sobre las entrevistas telefónicas. ¿Sabes cómo debes comportarte? ¿Qué puedes decir y qué no? En este artículo, te lo contamos todo.
Busca un momento oportuno
Si te llaman en mal momento —estás en el súper, conduciendo o en un lugar con mucho ruido—, díselo al entrevistador. Lo entenderá perfectamente y es mucho mejor para ti: no oír bien o no poder estar 100% atento a la entrevista hará que los nervios aparezcan.
Eso sí, no se te ocurra decirle «llámame más tarde». Ofrécete a llamar tú y queda a una hora concreta; demostrarás interés por el puesto de trabajo.
Además, si puedes posponer la llamada, tienes tiempo para revisar la oferta de trabajo, investigar sobre la empresa y tener tu CV delante cuando te llamen. ¡No te pillarán con la guardia baja!
No mientas
Como siempre te decimos, no mientas en ninguna fase del proceso de selección. Con frecuencia, las entrevistas telefónicas son una criba antes de la entrevista personal. Por eso es muy tentador intentar maquillar la verdad u ocultar información para conseguir pasar a la siguiente etapa.
Pero en realidad solo estamos consiguiendo perder nuestro tiempo y el del entrevistador; y lo que es peor: si descubre que le mentimos, nos descartará inmediatamente para cualquier puesto de trabajo en el futuro.
Cuida tu voz
Las personas que no están acostumbradas a hablar mucho por teléfono en el trabajo, no suelen ser conscientes de que la voz es muy importante. Debe mostrar seguridad y ser afable; evita titubear y dudar mucho en tus respuestas y sonríe mientras hables. Puede parecer una tontería, pero el tono de voz cambia —y será más agradable para la persona que está al otro lado—; además, sonreír, aunque sea de manera impostada, ayuda a bajar el nivel de estrés.
Conecta con el entrevistador
No te limites a contestar las respuestas del entrevistador como un robot; intenta conectar con él, entablando un diálogo —siempre en torno a la entrevista de trabajo, claro está—. Si despiertas su empatía, será más fácil que sigas en el proceso de selección.
Pregunta por los siguientes pasos
Cuando la entrevista esté terminando, pregunta por los siguientes pasos de la selección. Demostrarás nuevamente tu interés por el puesto y será un broche perfecto para la llamada.
Si no estás acostumbrado a este tipo de llamadas, ensáyalas antes: pide a un amigo que te llame como si fuera un entrevistador y sin que conozcas las preguntas. A fuerza de practicar, quitarás los nervios al enfrentarte a la situación real y conseguirás que te salgan bordadas. ¡Ánimo!