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Conciliación

La RAE nos da, entre otras, una definición básica sobre lo que es conciliar: “Hacer compatibles dos o más cosas. Conciliar la vida laboral y la vida familiar”.  Quienes tienen hijos bien saben lo complejo que es llevar a la práctica éste término y quienes no los tienen también pueden tener sus dificultades a la hora de conciliar la vida laboral con el cuidado de personas dependientes u otros compromisos familiares o personales.

Conciliar no es fácil pero tampoco imposible. Se trata de construir un puzzle diario que puede variar sus fichas a cada segundo; a menudo surgen cambios más o menos oportunos que aún rizan más el rizo. No olvidemos que en este caso hablamos de conciliar personas de diversas edades y condiciones con una rutina y una serie de demandas sociales y laborales.

Poco a poco podemos ver cómo la sociedad demanda cambios. Son las propias personas quienes buscan alternativas ecológicas (buenas para todos los implicados) y sostenibles para poder cuidar de sí mismo y de sus familias y, a la vez, poder realizar un trabajo eficiente y eficaz.

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Uno de los últimos avances conciliadores lo encontramos en la última ampliación del permiso por paternidad; se ha pasado de dos a cuatro semanas el tiempo de disfrute para el cuidado de hijos en casos de nacimiento, adopción o acogida desde el 1 de enero.  Estamos en el buen camino.

Si el concepto de familia y la propia vida familiar ha ido cambiando en los últimos años, también lo ha hecho la mentalidad de los progenitor@s o tutor@s en relación al cuidado y atención del hogar. Por otro lado, el concepto de eficacia ha ido cobrando protagonismo en el mundo laboral y  l@s trabajador@s realizan sus funciones  con  mayor agilidad y calidad.

Tanto para ell@s como para las empresas el tiempo es un valor en alza y es gestionado y tratado como un recurso base que hay que saber aprovechar. A mejor gestión del tiempo, menos costes, más satisfacción de las partes y mejores resultados.

En este sentido, han surgido nuevas fórmulas laborales que, con mayor o menor implementación, van tomando presencia en el día a día laboral. Algunas de ellas son:

  • Teletrabajo: Permite trabajar desde casa y así poder gestionar el tiempo laboral y personal con de forma más flexible y autónoma. Las nuevas tecnologías permiten reducir los tiempos “improductivos” como son, por ejemplo, los desplazamientos.
  • Jornadas y horarios flexibles: Muchas organizaciones optan por delegar en sus trabajdor@s la planificación y gestión de parte de su jornada laboral de manera que est@s pueden optar por la manera más adecuada para conciliar obligaciones familiares con laborales.
  • Guarderías en el centro de trabajo: Algunas organizaciones ponen a disposición del trabajad@r guarderías para que sus hijos estén cerca de ell@s. Esta fórmula permite estar más cerca de los hijos y poder dar respuesta rápida a imprevistos, etc. Esta fórmula permite aprovechar mejor el tiempo, conciliar y generar mayor satisfacción e implicación en las personas que integran la organización.

Conciliar no es sólo un verbo que suena bien ni un intento utópico de cambiar la sociedad: conciliar es una necesidad y una obligación social. Pronto llegará el momento en el que todos los entes sociales tomen conciencia de lo importante que es saber dar espacio y tiempo proporcional a lo personal y a lo laboral. No cabe duda de que se pueden compatibilizar ambos aspectos; es más, conciliar puede ser más que rentable para las personas, gobiernos y empresas.