Los profesionales que nos dedicamos al Outplacement, la recolocación de trabajadores, sabemos y conocemos lo duro que es el camino. En muchos casos es continuar con una trayectoria, en otros dar un pequeño giro y en algunos —los menos, ya que el riesgo nos asusta a todos— romper con el pasado profesional y empezar de nuevo.
Acompañamos al profesional desde el minuto uno, pero solo “acompañamos”, las decisiones las toma el profesional. Nosotros ayudamos a pensar, reflexionar y ofrecemos nuestra experiencia para que el profesional encuentre las salidas y caminos a tomar. Es un trabajo muy duro el que tiene que realizar el profesional que quiere o está obligado a dar un giro en su vida. Muchas veces ese giro profesional es también personal.
Cuando el profesional es consciente de que ha tomado un camino y es el correcto, su actitud tanto hacia el profesional que le guía en la recolocación como ante esa nueva vida personal-profesional cambia. Lo que en un principio era recelo, poca confianza, inseguridad… se vuelve felicidad, agradecimiento, optimismo.
Con esta nueva actitud, todo es posible. Todo va saliendo mejor, el trabajo realizado con tanto esfuerzo va dando resultados, las primeras ofertas de empleo, los nervios y sensaciones ya olvidadas por las primeras entrevistas reaparecen, afrontar los primeros “NO” y saber gestionarlos, hasta que llega el “SÍ”.
Otro de los caminos que ofrecemos en Outplacement es el autoempleo o emprendimiento, en definitiva, el autónomo de toda la vida. Los más valientes se deciden por esta opción, hay que estar muy preparado mentalmente y también tener los conocimientos adecuados –un buen plan de negocio, una estrategia, unos objetivos…- y cuando vas viendo la luz al final del túnel tienes tiempo para agradecer y emocionar al profesional que te ha “acompañado” en este proceso.
“… Por la gran oportunidad que me has brindado de poder crecer personalmente y profesionalmente y siempre estaré agradecida por la ayuda recibida. Realmente es lo que siento.
Gracias a tu trabajo, personas como yo, ven una luz de esperanza en su futuro cercano, para seguir pisando fuerte cada día con el suficiente valor y confianza para luchar por lo que se desea. Después de lo vivido los últimos años para mí es muy importante hacer una realidad, mi proyecto de empresa y sentirme orgullosa de poder alcanzar esa meta. GRACIAS
Mi vida toma valor de nuevo con mi proyecto de empresa, un camino por donde continuar, saber hacia dónde ir acompañada .El cual me estáis ayudando a construir y mi indecisión de qué poner, se ha convertido en decisión a poner una ….. . Y voy a seguir luchando y aprendiendo para conseguirlo. Una parte de todo esto te lo debo a ti. Muchísimas gracias.”
Este es un mail que he recibido recientemente de una profesional a la que he “acompañado” en su proceso de recolocación, en este caso de emprendimiento.
Ella contenta y yo,… ¡más!
Definitivamente, ¡merece la pena!